¿Por qué no me concentro en lo que hago? Colaboración con ZEN del diario El Mundo

Concentración ZEN
  • Olvida por completo una reunión y, al apagar el ordenador, se da cuenta de que se le fue el santo al cielo y no respondió a ese correo
  • En su mano está poner freno a la dispersión

«¿Qué iba a hacer yo ahora?». Seguro que alguna vez al cabo del día se hace esta pregunta. Porque había cogido el móvil para escribir un WhatsApp y ya no recuerda a quién. Porque le interrumpió una llamada. Porque pospuso esa obligación para atender a los niños. En definitiva, porque hace siete cosas a la vez, a veces, hasta en tres soportes diferentes. «Las nuevas tecnologías, que han contribuido a mejorar nuestra vida en muchos aspectos, también han favorecido el hecho de que seamos incapaces de centrarnos en una sola actividad», explica la psicóloga Silvia Álava Sordo. No es que ahora nos concentremos peor que antes, reflexiona la profesional, sino que ha variado la cantidad de estímulos externos: «El estar atendiendo a varias tareas con interrupciones constantes».

El teléfono móvil es uno de los ejemplos más claros. Aunque tomemos la precaución de silenciarlo, la vibración o la iluminación de la pantalla van a funcionar como elementos distractores e, irremediablemente, giraremos el cuello para interrumpir lo que estábamos haciendo. «Una parte de nuestro cerebro va a permanecer atento. Y eso provoca que la labor principal se vea afectada o que cometamos errores. En determinados momentos puntuales, deberíamos plantearnos apagar todas las pantallas».

Atención limitada

El problema no está, por tanto, en una falta de concentración, sino en el entorno en el que nos estamos intentando concentrar, reflexionan los doctores Antonio Rodrigo Parra y Rafael Rodríguez Ibáñez, miembros de Top Doctors. «La presencia de distractores disminuyen el rendimiento en la ejecución de las tareas». La psicóloga de Álava Reyes añade: «La llamada memoria de trabajo, que interviene en el almacenamiento y manipulación de la información, se está sobrecargando. Retiene una media de siete ítems, esto es, entre cinco y nueve cosas y, si añadimos una más, se nos olvida«.

No siempre podemos controlarlo todo -piense en esos momentos de jolgorio en la oficina, cuando su jefe le pide un extra no previsto o le surge una gestión que deriva en horas- pero debemos poner el foco en lo que sí está en nuestra mano, alerta la psicóloga: «Hay que priorizar labores, anteponiendo lo importante a lo urgente a la hora de apagar fuegos. Somos responsables de organizar nuestro trabajo y administrar nuestro tiempo. Si planificamos, adelantaremos más». ¿Puede esperar esa llamada? ¿Y ese correo electrónico no respondido? «Es posible hacer varias tareas a la vez siempre que sean sencillas y automatizadas, que no requieran especial relevancia. La cuestión es que estamos dando prioridad a la gente que no está, en detrimento de la que tenemos delante. La vida real pasa a un segundo plano porque no queremos perdernos esas conversaciones virtuales».

En los restaurantes, cada vez más comensales están pendientes de su teléfono en lugar de en su compañero de mesa. «A no ser que espere una llamada porque mi hijo está enfermo, el teléfono debería quedar en un segundo plano, guardado en el bolso o en el bolsillo, más de una vez».

Mayor rendimiento

El mindfulness -centrarse en el aquí y el ahora-, o la práctica de yoga se están popularizando para evadir el recordatorio mental constante del «tengo que», una alarma que activa el sistema nervioso autónomo ocasionándonos un alto grado de ansiedad. «No podemos hacer siempre lo mismo esperando resultados diferentes. La vida comienza y termina con la respiración, que alivia el estrés y purifica nuestro cuerpo, por eso es recomendable dedicar unos minutos a encontrar el equilibrio a nivel físico y espiritual con unas asanas, que son ejercicios muy simples y podemos hacer de forma sencilla en casa», advierte Magali Maier, yogui y creadora del espacio Volver, que promueve el movimiento hygge ligado al bienestar.

La actriz Marta Nieto reconoce que la disciplina milenaria le ha ayudado mucho en este sentido: «A equilibrar y limitar el tiempo que dedico a la tecnología y a la manera en la que me relaciono con ella. La multitarea siempre está ahí pero concentrarme en una cosa cada vez, con predisposición a la calma y respirando es la manera que he encontrado para no agobiarme o hacer las cosas mal. Los ejercicios de concentración me hacen priorizar en orden de importancia mis tareas de manera sencilla y a poner límites en la invasión diaria que vivimos a través del móvil y del ordenador».

Álava Sordo propone, además, extrapolar esta filosofía al trabajo. «Dedicar 10 minutos a la meditación está muy bien, pero la concentración hay que entrenarla durante todo el día, estableciendo horarios para cada cosa que hacemos y desconectando cuando ya hemos salido del entorno laboral».

Consejos para organizarse mejor

  1. 10 MINUTOS Antes de marcharse del trabajo cada jornada, dedique este tiempo a anotar las tareas pendientes para el día siguiente. «Si citamos nuestros ‘problemas’ para mañana, podremos estar cenando tranquilamente o salir con nuestros amigos sin el runrún de ‘tengo que hacer esto y lo otro…'», aconseja la psicóloga Silvia Álava.
  2. E-MAIL No abra su bandeja de entrada continuamente. «El correo electrónico es uno de los grandes ladrones del tiempo. Hay que establecer un período límite al día para consultarlo, por ejemplo, dedicarle dos horas a contestar, y no a cada rato porque nos dispersa».
  3. MULTITAREA Primero una cosa, una vez termine, la siguiente y así sucesivamente. «El problema de realizar varias acciones a la vez es que podemos cometer errores», afirma Silvia Álava. Por su parte, la psicóloga Isabel Serrano Rosa anima a no tener tantas ventanas abiertas simultáneamente.
  4. SIN TECNOLOGÍA No usar los dispositivos en la zona de dormir, mientras se está comiendo o en compañía de otras personas ayudará a aprovechar mejor el tiempo de descanso, de relaciones personales y el reservado a la alimentación.
  5. ENTRENAR La atención, coinciden las psicólogas consultadas por ZEN, se entrena. «Un ejercicio divertido es coger un texto cogiendo una palabra sí y otra no hasta obtener una frase con sentido. También jugar a los pasatiempos como observa las diferencias».
  6. HÁBITOS SALUDABLES Cambiar los hábitos en el uso de la tecnología puede producir mucha ansiedad, «por eso a veces es mejor utilizar la respiración transformacional, que consiste en inhalar por la nariz en cuatro tiempos y exhalar por la nariz en ocho tiempos respirando en la zona del abdomen», aconseja Serrano Rosa. Meditar es observar sin juzgar, por eso puede observar su respiración o las partes del cuerpo. Cuando su mente se evada vuelva a su respiración. Hacer ejercicio o desarrollar las relaciones sociales presenciales también es conveniente, cuenta la psicóloga.
  7. PLANIFICAR Un aspecto importante es anticipar qué se va a hacer con anterioridad: «Es mejor no improvisar», admite Serrano Rosa. «Si son sus niños los que sufren el problema, lleve a restaurantes o visitas otros juguetes y libros. Si es un adulto, tener alternativas al móvil como libros o revistas para los tiempos de espera o diarios o cuadernos de notas donde recoger pensamientos o acontecimientos positivos», añade.
  8. COMPINCHE «Márquese el reto con un amigo de superar su propio record de tiempo sin tecnología fuera de los horarios establecidos», aconseja Serrano Rosa. Otro de sus trucos: «Si nota que va a consultar el móvil y no es el momento adecuado, dígase en voz baja «no» tres veces y haga tres suspiros profundos. Ahora es el momento de distraer su atención en otra conducta, si es posible, agradable».

FUENTE: ELMUNDO.ES